El Bosco, San Antonio y las espinagades (ESP)
San Antonio en Mallorca es, sin duda, la festividad más celebrada, así como en la resta de territorios de habla catalana. Esto se debe a que este Santo, desde el inicio del cristianismo, se ha relacionado con la protección del rebaño y de los animales y, por esto, es un santo muy querido en las zonas rurales. De hecho, uno de los atributos iconográficos del Santo es un cerdito.
En cuanto al arte, la figura de San Antonio y sus tentaciones ha sido una escena muy representado a lo largo de toda la historia del arte, sobretodo en época medieval, y un artista que representó al Santo diversas veces fue el flamenco Hieronymus Boch, más conocido como El Bosco (1450-1516).
Una de las representaciones más curiosas es Las tentaciones de San Antonio Abad, de 1510-15. En este óleo sobre madera aparece el santo representado en la parte inferior de la obra, arropado dentro de la cepa de un árbol. Parece absorto en sus propios pensamientos, con los ojos brillantes mirando a la nada. Esta característica en sí es novedosa, porque habitualmente se lo representa leyendo, pero aquí lleva el libro y unas gafas enganchadas al cinturón. En sus pies, el cerdito que descansa, ajeno a los demonios que están a punto de atacarlos.
Es interesante ver como El Bosco representa a los demonios, como pequeñas criaturas malignas, propias del característico imaginario del pintor, y alejadas de la típicas representaciones donde suele aparecer el demonio en distintas formas, sobretodo cuerpos femeninos muy sensuales y riquezas, que representan los pecados de la lujuria y la avaricia. Aquí vemos los momentos antes de que el santo sea atacado. A pesar de que todo parece estar calmado, podemos ver como en la iglesia se ha originado un fuego, seguramente fruto de la travesura de algún demonio. En la entrada de la iglesia encontramos una “tau”, símbolo del Santo. Este hecho es también destacable, porque San Antonio, el demonio y el fuego son una simbiosis.
Esta escena representa el momento en el que el Santo, que nació en el siglo III en Egipto, fue tentado por el demonio mientras se encontraba en el desierto. Podemos encontrar numerosas representaciones artistas de este momento de la vida de San Antonio, y eso se debe a que se han usado como muestra de la resistencia cristiana delante de los pecados.
La iconografía que nos ayuda a reconocer a San Antonio Abad (que no debe confundirse con el de Pádua) son las siguientes: se lo representa como un hombre mayor con una larga barba, y esto se debe a que el Santo vivió ni más ni menos que 105 años. Viste un hábito de monje con la “tau” o cruz egipcia, por sus orígenes Suele llevar un bastón con una campana y un libro, que representa su espiritualidad. Además, el fiel cerdito que siempre lo acompaña, representa la protección que otorga el santo a los animales.
En Mallorca por San Antonio es típico comer y cocinar espinagades, que son unas cocas saladas, en forma de sobre rectangular, rellenas de col y otras verduras, anguilas o lomo. Las más conocidas son las de Sa Pobla, donde, como no podía ser de otra forma, el patrón es Sant Antoni. De hecho, las celebraciones de Sant Antoni en Sa Pobla se tienen documentadas desde 1365, y están declaradas como Fiesta de Interés Cultural por el Consell Insular. Aunque no en todos los pueblos se celebra la fiesta por todo lo alto como en Sa Pobla, Manacor o Artà, en todos los pueblos se celebran las Beneïde y se hacen foguerons, que son unas hogueras donde se cocina carne, habitualmente de cerdo: lomo, sobrasada, longaniza, etc.
Así pues, hoy os traigo la receta de espinagades de mi familia (queda claro que cada familia en Mallorca tiene su receta propia). Nosotros la hacemos sin manteca de cerdo, aunque es lo habitual, y rellena de verduras y lomo (¡si quieres una opción vegetariana puedes usar solo verduras y queda riquísima!) Os dejo también un video para ver cómo se cierran y rellenan.
Espinagades de lomo
Ingredientes
Pasta
- 150 g de agua tíbia
- 150 g de aceite de girasol
- 5 g de levadura fresca
- 450-500 g de harina de xeixa
Relleno
- 1 col rizada (Una pequeña o media grande)
- 1 cebolla
- 1 puerro
- 300 g de lomo de cerdo cortado muy fino
- 1 puñado de pasas (es opcional, a mi no me gustan y no pongo)
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta
- Pimentón (picante o dulce)
Elaboración paso a paso
- El primer paso es limpiar y pelar las verduras: la col, la cebolla y el puerro. Lo cortamos todo en juliana, que quede muy fino, y lo aderezamos con aceite, sal, pimentón y pimienta. Dejamos la mezla reposar como mínimo una hora en un colador, para que se elimine el agua.
- Hacemos lo mismo con el lomo: lo cortamos muy fino y en trozos de unos 4 cm, porque se tienen que cocinar en el horno, y lo aderezamos con sal, pimienta, pimentón y aceite, y lo dejamos marinar mínimo 1 hora.
- Para preparar la pasta, colocamos 450g de harina en forma de volcán. Por otro lado, mezclamos la levadrua, el agua y el aceite.
- Añadimos la mezcla en el centro de la harina, y lo mezclamos con las manos, hasta que la masa quede consistente y no se pegue. Si es necesario podemos añadir más harina, hasta obtener la consistencia deseada.
- Tapamos la masa con un papel film y lo dejamos reposar 10 min. No más, porque no tiene que leudar.
- A continuación dividimos la masa en dos, para obtener dos espinagades, y con un rodillo la aplanamos y le damos forma (como en el vídeo), como si fuese una masa de pizza. Un truco es hacerlo sobre una lámina de silicona, para poder cerrarla con más facilidad.
- En el centro añadimos unos puñados de la mezcla de verduras. Encima añadimos las tiras de lomo y las tapamos con más verduras. Si queremos, añadimos un par de pasas encima.
- Para cerrarla, doblamos los lados largos, con la ayuda de la silicona, como si fuese un sobre, y a continuación los lados cortos. Con un tenedor sellamos la pasta para que no salga el relleno, y con un palillo agujereamos la masa para que respire.
- La llevamos al horno caliente a 180º encima de una bandeja. El tiempo de cocción es relativo, depende del horno, de lo grueso que es el relleno y la pasta, pero más o menos debe estar una hora, hasta que quede cocinada del todo.