El primer paso es fundir el chocolate negro y depositarla en el molde en forma de huevo. Los que yo uso son de policarbonato, pero también se pueden usar de silicona.
Vaciamos el exceso de chocolate del molde y dejamos que se enfríe por unos 15-20 min al congelador.
Una vez está el chocolate está frío, desmoldamos con un golpe seco sobre una superfície dura.
Fundimos el chocolate blanco y el ruby por separado, y con un pincel o cepillo vamos salpicando para decorar los huevos. A continuación los dejamos de nuevo en el congelador para que se enfríe.
Para cerrar los huevos necesitamos una bandeja de horno caliente. En una mitad del huevo metemos una chocolatina y decoraciones de azúcar (es totalmente opcional), y calentamos los lados de la otra mitad, dejano el huevo unos segundos sobre la bandeja de horno caliente. Cuando los lado estén fundidos, juntamos las dos partes y dejamos que se enfríe. ¡Y voilà! Ciertamente es mucho más fácil de explicar que de hacer, pero con un poco de práctica quedan perfectos.