Cocemos las patatas con la piel (muy importante porque sino absorberán demasiada agua). Cuando estén hervidas las dejamos enfriar un poco hasta que podamos pelarlas.
Las machacamos dentro de la misma olla muy finas con un tenedor o un pasapuré hasta que no queden grumos.
Añadimos el huevo, una pizca de sal y lo mezclamos bien.
Vamos añadiendo la mitad de la harina poco a poco, y el resto lo guardamos para luego, ya que a veces, según el tipo de patata, tendremos que añadir más o menos harina.
Cuando la masa esté uniforme la sacamos de la olla y la colocamos encima de la encimara, enharinada previamente, y la amasamos, añadiendo más harina si es necesario. Tiene que quedarnos una masa maleable.
La dejamos reposar unos 15 minutos, tapándola con un papel film dentro de un recipiente.
A continuación dividimos la masa en cuatro partes, para que sea más fácil trabajarla, y vamos haciendo churros de pasta para cortarlos en unos 3 cm de largo (Truco: enharinar el cuchillo para cortarlos, así no se pegará la masa).
Con el reverso de un tenedor le daremos la caracterísitca forma a los ñoquis, pero también se pueden cocinar sin ellas, es simplemente decoración.
Colocamos una olla con agua a hervir, y cuando esté en ebullición añadimos los ñoquis en pequeñas cantidades. En uno o dos minutos empiezan a flotar y es el momento de sacarlos de la olla.