El primer paso es pesar el chocolate y la manteca. La manteca ayuda a que el chocolate quede más brillante y la canidad es un 10% o 15% de manteca en relación al chocolate. Es decir, yo uso 200g de chocolate y 20g de manteca de cacao.
Lo calentamos al baño maría, llega a unos 50º, y a continuación lo atemperamos. Yo lo hago metiendo el bol de chocolate fundido en otro de agua fría con hielo para bajar la temperatura a 28º, y volvemos a calentarlo a 31º.
A continuación repartimos el chocolate en los moldes y dejamos que se enfríe (podemos acelerar el proceso dejándolo en la nevera o frigorifico unos 45 minutos).
Para desmoldar el chocolate es mejor no tocarlo demasiado con las manos, para no dejar marcas y que se funda. Podemos usar un trapo o guantes.
Yo rellené los vasitos con chantilly de chocolate y frutas del bosque, que contrastan muy bien con el chocolate. ¡Y voilà! Un plato super fácil y seguro que sorprende a tus invitados.