Georgia O’Keeffe o los Tallarines Negros
Clam & Mussel es una obra de la pintora norteamericana Georgia O’Keeffe. Es un lienzo al óleo realizado en 1926. Actualmente se conserva en el Georgia O’Keeffe Museum de Santa Fe, Nuevo México. O’Keeffe (1887-1986) nació en Wisconsin, en una familia de granjeros y actualmente se la reconoce como la madre del arte moderno americano. Estudió pintura en el Art Institute de Chicago y en la Arts Students League de Nueva York, donde entró en contacto con las vanguardias europeas. Se vinculó con la Galería 291, dirigida por Alfred Stieglitz, donde expuso por primera vez de forma individual.
Su vida y su obra están muy ligadas a la figura de Stieglitz, quien fue su marido. Él, a través de los retratos que hizo de Georiga, sobretodo desnudos, creó una imagen de femme fatale. Fue en los años 30, después de una crisis emocional, cuando O’Keeffe decidió modificar su imagen pública y empezó a enseñar una faceta mucho más sobria. Su obra se ha ligado mucho a su personaje, al igual que pasa con artistas como Frida Kahlo.
Esta transformación estética se relacionó con su mudanza de Nueva York a Nuevo México en 1929. Esto también supuso un cambio en la pintura de la artista, que empezó a representar los paisajes desérticos de la zona.
También captó las vistas urbanas de la ciudad de Nueva York, muy vinculadas a la fotografía de su marido.
Las flores son un leitmotiv en su trayectoria artística, pero también los cráneos de animales muertos, al igual que conchas y caparazones, muy vinculados al desierto de Nuevo México. El hecho de repetir continuamente los mismos motivos era, según O’Keeffe, la forma de llegar a la perfección formal. Su manera de usar el color y sus líneas sinuosas son su mayor seña de identidad.
Algunos expertos han querido encontrar un significado erótico en sus pinturas, que puede estar relacionado con las fotografías de Stieglitz, o bien en que las flores de O’Keeffe se pueden considerar un precedente para la fotografía de Robert Mapplethorpe.
Ella consideraba su obra como el resultado de experiencias. “Creo que he pintado mi vida sin saberlo” dijo al final de su vida. Su marido Stieglitz también escribió en 1924 que ella “se había retratado a través de flores y frutas”.
O’Keeffe fue la primera mujer en tener una retrospectiva en solitario en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) en 1946.
La Receta:
La obra de Georgia O’Keeffe “Clam & Mussel” me ha inspirado un delicioso plato de pasta a la tinta de sepia con almejas y mejillones. A continuación os dejo la receta, que espero que disfrutas:
Tallarines negros con almejas y mejillones
Ingredientes
Para la Pasta
- 300 gramos Harina (100 g por persona)
- 3 Huevos (1 huevo por persona)
- 1 cucharadita Aceite de Oliva
- 2 sobres Tinta de Sepia
Para el Sofrito
- 300 gramos Almejas
- 150 gramos Mejillones
- 1/2 vaso Vino blanco
- 1 puñado Perejil
- 2 dientes Ajo
- 1 Guindilla (opcional)
- Aceite de Oliva
- Sal
Elaboración paso a paso
Para realizar los tallarines:
- Primero colocamos la harina en una superficie plana y limpia en forma de volcán, dejando un vacío en medio para verter los huevos.
- Yo mezclo los huevos y la tinta de sepia en un bol, batiéndolo todo junto y luego lo vierto en el centro de la harina. Vamos incorporando poco a poco los huevos y la harina con la ayuda de un tenedor, y a continuación usaremos las manos.
- Si es necesario añadiremos más harina para que no se pegue la masa. Trabajamos la pasta durante unos 10 minutos o hasta que la mezcla esté completamente uniforme.
- Yo en este momento añado un chorrito de aceite para que la masa quede brillante. Envolveremos la masa en un papel film y la dejamos reposar mínimo media hora.
- Pasada la media hora separamos la masa en tres partes para poder trabajarla con más facilidad. Con la ayuda de una máquina para hacer pasta (o en su defecto un rodillo) haremos finas tiras para luego cortarla y dar forma a los tallarines (también con la máquina o bien con un cuchillo).
- Estos deben secar otro rato. En casa los colocamos en un tendedero.
- Para cocinar los tallarines los metemos en agua hirviendo con sal durante unos 4 o 5 minutos. El tiempo dependerá del grosor de la pasta.
Para el sofrito:
- Colocamos el día anterior (o unas horas antes) las almejas en remojo con agua y sal para que suelten la arena y las dejamos dentro de la nevera.
- Ponemos una sartén al fuego con un chorro de aceite. Cuando esté caliente añadimos un ajo y la guindilla para dar sabor y lo sofreímos (con cuidado de que el ajo no se queme).
- A continuación incorporamos las almejas limpias y los mejillones, que yo compré previamente hervidos.
- Después de dos minutos a fuego medio añadimos el perejil picado y el vino blanco. Lo dejamos cocer unos pocos minutos más.
- Mezclamos la pasta dentro de la sartén con el sofrito… ¡Y voilà!