Arcimboldo (I): El manierismo y el caldo de verduras (ESP)
Giuseppe Arcimboldi, más conocido como Arcimboldo (1527-1593), fue un artista italiano manierista, pintor, poeta y filósofo, conocido sobretodo por sus retratos ilusionistas del que os hablaré a continuación y la próxima semana.
El Renacimiento se divide en tres períodos, el quattrocento, el cinquecento y el manierismo, y Renacimiento tardío, que es el movimiento estilístico que enlaza el renacimiento y el barroco. Las fechas aproximadas en las que se enmarca el manierismo son aproximadamente de un siglo, desde 1520-30 al 1620. El manierismo es un estilo artístico más personal, de aquí su nombre maniera, y se quiere alejar de las reglas rígidas y proporciones tan clásicas del renacimiento, introduciendo elementos menos racionales y más exagerados.
Como cualquier período estilístico es difícil enmarcarlo en unas fechas concretas, al igual que definir a los artistas en un único período. Es por eso que se considera que tanto las últimas obras de Miguel Ángel como las de Rafael se pueden considerar manieristas. De esta forma, otros artistas reconocidos del período son Tintoretto, Parmigianino o el Greco.
Giuseppe Arcimboldo fue uno de los artistas manieristas más ilusionistas y fantásticos de su época. Arcimboldo es conocido por sus retratos formados por flores, animales o vegetales, y una de las tipologías más peculiares del italiano son unos retratos que al girarse se convierten en bodegones. Podemos considerar estas obras manieristas como trampantojos, ya que son un engaño para los ojos de los espectadores. Algunas de estas representaciones son Cesta de frutas (Ca.1590) o El asado (1570), aparentemente dos retratos, pero que si los miramos al revés se convierten en una cesta llena de frutas o en una bandeja de carne asada. Una auténtica ilusión óptica que fascinó a sus coetáneos.
Arcimboldo fue muy conocido durante su vida, y muchas de las cortes europeas tenían obras suyas. Después de su muerte se olvidó su obra hasta el siglo pasado, cuando los surrealistas recuperaron la figura de Arcimboldo.
Otra obra de este estilo y en la que me he inspirado para la receta de hoy es El Hortelano o recipiente con verduras, de Ca. 1590, poco antes de su muerte. Esta obra depende de como se mire es un bodegón de verduras en un recipiente metálico, o bien una simpática cara barbuda con un sombrero. A pesar del divertimento que representa, este óleo nos sirve para ver qué verduras se consumían en Europa en esa época: cebolla, nabo, chirivía o zanahorias son, entre otros, algunos de los vegetales representados, y es que otras verduras que hoy son muy populares, como la patata o el tomate aún no eran comunes en Europa.
Así pues, basándome en esta obra manierista la receta de esta semana es una receta muy básica pero impredecible: un caldo de verduras, ideal para tener siempre a mano el la nevera o el congelador. Este caldo nos sirve para preparar infinidad de platos como sopas, cremas de verduras, arroces, salsas o guisos. Esta receta es una base imprescindible, y podemos añadir, si queremos, huesos de carne para preparar un caldo de carne, o pescado, para conseguir un caldo de pescado. Además, podemos añadir otras verduras como tomate o champiñones, pero yo he intentado usar las verduras que he reconocido en la obra de Arcimboldo, que curiosamente son una base fantástica para un caldo de verduras. Además, he añadido unas hojas de tomillo, pero puedes añadir las hierbas aromáticas que más te gusten, como laurel o perejil.
Base de caldo de verduras
Ingredientes
- 2 zanahorias
- 1 puerro
- 1 cebolla
- 1 o 2 tallos de apio
- 1 chirivía
- 1 nabo
- Tomillo al gusto
- 2 l de agua
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta
Elaboración paso a paso
- El primer paso es limpiar, pelar y cortar las verduras. Es importante limpiar bien las hojas del puerro porque contienen mucha tierra. Del puerro solo usaremos la parte del medio, entre el blanco y el verde.
- Sofreímos en la olla la cebolla y el puerro unos minutos, y a continuación añadimos el resto de verduras y el agua.
- Salpimentamos y añadimos unas hojas de tomillo, que son opcionales y las podemos substituir por otras hierbas aromáticas, como laurel. Dejamos hervir unos 30 minutos.
- A continuación comrobamos que la verduras está bien hervida, y la colamos para dejar solo el caldo. Si quieres puedes triturar las verduras con la mitad del caldo para conseguir una crema de verduras y guardar el resto del caldo para otra elaboración.