Arcimboldo (II): Retratos, libros, rosas y el milhojas con pistachos (ESP)
La semana pasada ya os hablé del pintor italiano Arcimboldo (1527-1593) y del manierismo. Es por eso que hoy os hablaré un poco más en profundidad de su vida y su obra y, además, me inspiré en dos de sus obras para la receta de hoy, en relación con la diada de Sant Jordi. Si te perdiste la receta del año pasado la puedes ver aquí.
Arcimboldo nació en Milán, en una familia de pintores, y se formó con su padre, Biaggio, quien trabaja como artista y cristalero en la catedral. El primer registro que se tiene de Arcimboldo como pintor es de 1549, como dibujante de cartones para las cristaleras de la catedral de Milán. Trabajó con su padre y también con Tiziano, entre otros, pero sin duda su momento más esplendoroso fue en la corte de Viena, invitado por Maximiliano II. Allí pintó sus obras más reconocidas, como las Cuatro Estaciones, que empezó en 1563.
En la corte trabajó primero como pintor de cámara del emperador Fernando I, pero también del emperador Maximiliano II, realizando no sólo obras, sino decorados y vestidos para espectáculos, y para su hijo Rodolfo II, para quien realizó una de las obras más reconocidas, retrato vegetal del emperador Rodolfo II (Ca.1590). Este fue el último encargo del artista en la corte del soberano, y lo retrató como si se tratase de la deidad romana Vertumno, asociado a la abundancia de la naturaleza, a partir de una compleja composición de flores y vegetales. Con esta obra quería representar la identidad del emperador como si fuese un dios, para simbolizar la paz y la abundancia del Sacro Imperio.
Sus obras son únicas y muy especiales, y son fácilmente reconocibles. Y a pesar de sus bodegones antropomorfos de flores y verduras, que son los más famosos, también los hizo con otros elementos como animales y distintos objetos, uno de ellos es El Bibliotecario (Ca. 1566).
Esta pintura es un óleo sobre lienzo de Ca. 1566. Es un retrato del humanista e historiador Wolfgang Lazius (1514-1565), quien también formó parte de la corte del Sacro Imperio Romano Germánico.
Es interesante ver como Arcimboldo relacionaba la temática de los objetos que usaba con la personalidad o el oficio del retratado, en este caso un erudito con un montón de libros y papeles. Actualmente esta obra forma parte de la colección Skokloster Castle, en Suecia.
Así pues, para la receta de Sant Jordi de este año me he basado no en una sino en dos de las obras de Arcimboldo: El Bibliotecario, por los libros y las hojas, y La Primavera, por las rosas. De esta forma la receta de hoy es un milhojas con ganache de pistacho, arándanos y pétalos de rosa secos. Este plato es muy fácil de preparar, como veréis a continuación, pero conseguimos un resultado muy profesional. Para la ganache de pistacho yo he usado crema de pistacho de My body genius, aunque la podemos hacer directamente en casa o usar otras marcas, ¡siempre que sean 100% de pistacho! A continuación os dejo la videoreceta y la receta escrita.
Milhojas con ganache de pistacho
Ingredientes
- 1 rollo de hojaldre
- 200 ml de nata con +35% de m.g.
- 200 g de chocolate blanco
- 2-3 cucharadas de crema de pistachos
- Arándanos al gusto
- Pistachos picados sin sal
- Pétalos de rosa secos comestibles
Elaboración paso a paso
- El primer paso es cortar la masa de hojaldre. Lo podemos hacer con un molde o directamente con un cuchillo, midiendo que todas las partes sean iguales.
- A continuación colocamos la masa entre dos papeles de horno y dos bandejas, así la masa no subirá demasiado. La metemos en el horno, precalentado a 200º, durante 10 minutos (o siguiendo las instrucciones del envase). Yo hice dos bandejas ya que se tienen que separar las peizas para que no se peguen. Cuando la masa está lista podemos quitar la bandeja y el papel de encima y dejar que se doren un poco más.
- Mientras se cocina la pasta preparamos la ganache: ponemos la nata en un cazo y la dejamos al fuego. Cuando empieze a hervir la retiramos del fuego y fundimos el chocolate blanco en la nata. Cuando la mezcla esté uniforme añadimos unas cucharadas de crema de pistacho y dejamos reposar en la nevera, más o menos una hora, hasta que esté fría.
- Cuando la ganache está fría montamos con unas varillas eléctricas y lo metemos en una manga pastelera.
- Sobre una capa de hojaldre vamos colocando la ganache con la manga pastelera, y a continuación colocamos pistachos picados y frambuesas. Añadimos una segunda capa de hojaldre y repetimos el procedimiento, y además añadimos los pétalos de rosa para decorar.