Delacroix, Marraquech y la Sopa Harira (ESP)
Haciendo un balance del pasado año 2019, tengo que decir que fue un año lleno de experiencias buenas (y malas) que me han marcado profundamente. Tal vez una de las experiencias más fantásticas del 2019 fue el viaje a Marraquech con Talleres Nómadas. Compartí una aventura con catorce mujeres increíbles. En ese viaje descubrí una cultura fascinante, sobretodo platos y sabores que desconocía y de los que me enamoré.
Tajín, briwats, cuscús, pero sobretodo el plató que me encantó fue la sopa harira. Soy una fan incondicional de las sopas, y esta en concreto me pareció fantástica, por su sabor intenso a especias y también por lo completa que es: con verduras, carne, legumbres y pasta, recoge toda la pirámide alimentaria en un solo plato. De hecho, la sopa harira se come para romper el ayuno en época de Ramadán, pero también se consume en fiestas y celebraciones.
Es por eso que al volver del viaje intenté recrear la sopa, adaptándola a los paladares de casa. Tengo que decir que no a todo el mundo le gusta, ya que tiene un punto ácido y muy especiado, pero si te gustan los platos exóticos, realmente te recomiendo que pruebes de cocinarla, peque seguro que te fascinará y te transportará directamente a Marruecos.
Los colores y los sabores de Marruecos me recordaron indudablemente las obras y los bocetos d’Eugène Delacroix, cuando en 1832 formó parte durante seis meses de la misión diplomática del conde de Mornay al Norte de África. De este viaje salieron distintas obras de carácter consumista, en las que Delacroix captó la forma de vida de una sociedad que lo sorprendió y lo marcó. Durante el viaje realizó un conjunto de boletos y estudios en acuarela, como la captación de la luz o la anatomía animal, que plasmó en su obra al volver a Francia.
Con estos documentos podemos ver y entender como impresionó la cultura y la sociedad marroquí a Delacroix, los paisajes, los animales y los colores. Resulta interesante ver como ha evolucionado el paisaje marroquí, que de alguna forma sigue manteniendo esa esencia que tanto deslumbró al pintor francés.
Así pues, con estas imágenes de Delacroix acompaño mi versión de la sopa harira. Realmente existen mil y una forma y variaciones de cocinar esta sopa, pero hoy os traigo la receta más parecida a la que comí en Marrakech, que normalmente se sirve con dátiles o ciruelas secas con una rodaja de limón.
Sopa Harira
Ingredientes
- 1 zanahoria
- 1 cebolla
- 1 puerro
- 2/3 ramas de apio
- 2 ajos picados
- 1 cucharadita de canela
- 1 cucharadita de jengibre triturado
- 1 cucharadita de cúrcuma
- 1 cucharadita de paprika
- 100 g de tomate triturado
- 1 litro de caldo de pollo (mejor si es casero)
- El pollo que hemos usado para hacer el caldo (o pechugas de pollo)
- 150 g de lentejas
- 200 g de garbanzos
- 75 g de pasta
- 1 limón pequeño
- Aceite
- 1 cucharadita de maicena
Elaboración paso a paso
- Empezamos cortando las verduras muy pequeñas para hacer el sofrito. Dentro de una olla con un chorro de aceite añadimos la zanahoria, la cebolla, el puerro, los ajos y el apio.
- Cuando el sofrito está listo añadimos las especias: canela, cúrcuma, paprika, que puede ser picante o dulce, y el jengibre en polvo. Lo mezclamos bien durante un minuto y después lo añadimos en la salsa de tomate.
- A continuación añadimos el caldo del pollo. Puede ser comprado, pero es mucho mejor hacerlo en casa, y así aprovechamos el pollo. Si el caldo hemos hervido el pollo, lo retiraremos y lo cortaremos en trocitos. El caldo tiene que hervir una media hora.
- Pasada la media hora añadimos las legumbres: las lentejas y los garbanzos, que tienen que estar ya hervidos. Con las legumbres también añadimos el pollo a trozos y la pasta de la sopa. Yo uso burballes, un tipo de pasta de Mallorca muy ancha, tipo espagueti o fideo, pero se puede usar la sopa que se quiera.
- Si se quiere la sopa más espesa, añadimos una cucharadita de maicena disuelta en agua. Originalmente esta sopa es bastante espesa, pero esto es opcional, dependiendo de cómo te guste más.
- Cuando la pasta esté lista la retiramos del fuego, añadimos el zumo del limón y ya podemos servir la sopa, que normalmente se acompaña de dátiles, ciruelas o higos secos.