Pierre-Auguste Renoir (1841-1919) es un pintor francés del siglo XIX. Junto con Monet, es una de las caras más reconocidas del impresionismo. A pesar de que Monet se centró en los paisajes y Renoir en la figura humana, ambos coincidían en ciertos aspectos, como el rechazo a los salones oficiales, por el montaje ideológico que existía detrás, y que no permitía el reconocimiento a los artistas más jóvenes que ofrecían una alternativa a la pintura académica. Una de las características más relevantes de los impresionistas es que pintaban al aire libre, observando los cambios lumínicos y plasmándolos en su obra. De hecho, Monet y Renoir a menudo salían a pintar juntos. 

Renoir era pintor de flores de porcelana, y eso se vio reflejado a lo largo de toda su obra por la calidad decorativa. 

Así pues, como os explicaba antes, Renoir se centró sobretodo en las figuras femeninas con un canon de belleza concreto, que podemos considerar como el opuesto al de los prerrafaelitas: las mujeres de Renoir son más parecidas a las de Rubens, con una cara redonda y carnosa, labios gruesos y piel muy blanca. Son mujeres sensuales pero realistas. Algunas de las obras más representativas son escenas de baño. También destacan las escenas sociales, como Almuerzo de barqueros, 1881, o Baile en el Moulin de la Galette, de 1876. 

A pesar de esto, Renoir también realizó distintos bodegones a lo largo de su carrera. Este, bodegón con naranjas y taza, es de finales de su carrera, de 1909, cuando el artista ya sufría de artrosis. Es por eso que las obras de este período tienen un formato más reducido. La pincelada de Renoir es vibrante y colorida, y el naranja contrasta con el verde de las hojas y el azul de la taza. En cuanto a la temática, encontramos distintas obras con el mismo motivo. 

Basándome en este bodegón, os propongo un plato ideal para estas fiestas de Navidad: trufas de chocolate y naranja, ya que puedo imaginar perfectamente chocolate a la taza dentro de la tacita de Renoir, con las naranjas al lado. Son uno de los postres más fáciles de preparar, delicioso y a la vez versátil, ya que podemos substituir la naranja por cualquier otro ingrediente que nos guste y que quede bien con el chocolate (frutos secos, frutas…), el procedimiento es el mismo. Incluso se les puede añadir algo de alcohol. Esta misma ganache la podemos usar también para rellenar tartas u otros postres.

Trufas de chocolate y naranja

Eating Arts

Es el postre más fácil de preparar, delicioso y super versátil. Las trufas se elaboran con una ganache de chocolate, que podemos usar también como relleno de tartas u otras elaboraciones. Además, yo en este caso las hago de naranja, porque me encantan, pero loas podemos hacer de casi cualquier cosa que nos guste. ¡Ideales para Navidad!

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Tiempo de preparación 15 minutos min

Tiempo de cocción 5 minutos min

Plato Dessert

Ingredientes

  

• 200 g de chocolate para postres
• 200 ml de nata + 35% m.g. (Puede ser también 100 g y 100ml, siempre es la misma cantidad)
• La piel de media naranja o una mandarina
• Unas gotas de esencia de azahar (podemos usar el aroma que más nos guste)
• Cacao en polvo

Elaboración paso a paso

 

• Ponemos la nata en un cazo con la piel de naranja para infusionar.
• Cuando empiece a hervir paramos el fuego, quitamos la piel de naranja y añadimos el chocolate troceado.
• Con una espátula mezclamos bien hasta que el chocolate esté derretido y uniforme.
• En este momento añadimos unas gotas de azahar.
• Dejamos la mezcla en un tupper o bol en la nevera o en el congelador para que solidifique.
• Pasadas una horas, con una chucarita, hacemos bolitas, y con las manos les damos forma. Tiene que ser rápido, para que no se derrita.
• A continuación lo pasamos por cacao en polvo, para que no se peguen. ¡y voilà!

Para saber más:

• Pierre Auguste Renoir, Musée d’Orsay.
• Still Life, Art UK.